Tengo que reconocer que siempre me han chiflado los sombreros. Eso de ponerme cosas en la cabeza… Bueno, cuando era muy pequeña, no. Entonces mi madre intentaba ponerme un sombrero o cualquier otra cosa que fuera en la cabeza y todos mis esfuerzos eran para quitármelo de encima. Y ella me lo ponía otra vez. Así nos pasábamos el día. Pero me duró poco esa actitud. Enseguida me empezaron a gustar los sombreros, los ganchitos y los lazos.
A lo que iba... Para mí pensar en verano es pensar en un sombrero. Vivo en el norte y aquí, el verano es una cuestión del calendario; hay muchos días que no son precisamente soleados y calurosos. Por eso, cuando me voy al mediterráneo en busca de sol y calor, me encuentro demasiado sol y demasiado calor a los que no estoy acostumbrada. Y un sombrero es siempre mi elección perfecta para esa situación. Vacaciones al sol, sin manchas solares en la cara (bendita ala del sombrero) y un toque sofisticado.
Así que este verano os propongo cuatro opciones.
Ya sabéis que no tenéis que quedaros con estos modelos exactamente, que podéis pedirme lo que queráis, lo que se os ocurra o lo que mejor os vaya con vuestro bikini o pareo.
Os dejo; me cojo mi sombrero de verano y me voy a la playa, que hace un día maravilloso.
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